La influencia de la lactancia materna sobre el desarrollo cognitivo de los bebés
La lactancia materna durante el primer mes de vida del bebé sugiere la existencia de una ventana temporal que contribuye al desarrollo óptimo de las habilidades cognitivas del recién nacido gracias a la presencia del oligosacárido 2’FL.
Los primeros seis meses de vida son cruciales para el desarrollo cerebral de los bebés, ya que da lugar a una alta demanda de nutrientes que influyen en el despliegue de los procesos cognitivos que maximizan el aprendizaje y memoria, así como el funcionamiento del cerebro y el estado de salud general.
Esta primera etapa coincide con el momento en el que más se recomienda la lactancia materna, la cual ha demostrado tener un impacto positivo en las capacidades cognitivas de los bebés. En diversos estudios se ha podido observar que los beneficios de este tipo de alimentación generan mejores resultados en pruebas de inteligencia en bebés, los cuales se mantienen hasta la edad adulta. Dichos resultados pueden cambiar por múltiples factores, entre ellos los relativos a la madre, los cuales pueden influir en las características de la leche materna; la obesidad de las progenitoras puede dificultar que los componentes de la leche satisfagan las demandas del bebé.
A pesar de la literatura disponible, existe una falta de evidencia acerca qué componentes de la leche materna optimizan el desarrollo cognitivo y capacidad de aprendizaje de la descendencia. La escasa información sugiere que el oligosacárido 2’-fucosilactosa (2’FL) puede ser un componente importante para lograr el desarrollo de las habilidades ya mencionadas.
El objetivo de este estudio fue determinar la influencia del oligosacárido 2’FL, que se encuentra en la leche materna, sobre el desarrollo cognitivo de hijos/as de madres con obesidad al cabo de dos años de seguimiento. Además, se quiso comprobar si la frecuencia de la lactancia materna influía de algún modo las capacidades cognitivas de la descendencia.
Acerca de la muestra
El estudio estuvo compuesto por 50 díadas madre-bebé de diferentes hospitales de Los Ángeles (California, E.U.A), las cuales se seleccionaron siguiendo los siguientes criterios: 1) etnia hispana, 2) madres mayores de 18 años, 3) haber dado a luz a un único bebé sano, 4) incorporación en el estudio durante el primer mes posparto, 5) intención de ofrecer lactancia materna, por lo menos, durante seis meses y 6) comprensión de inglés y/o español. Las díadas que quedaron fuera del estudio fueron las que cumplían, por lo menos, alguna de las siguientes condiciones: 1) padecer alguna enfermedad física, mental, metabólica o nutricional, así como seguir un tratamiento farmacológico, 2) madres fumadoras y 3) diagnóstico de enfermedad fetal.
Las madres que se incluyeron en el estudio reportaron el peso y altura de antes del embarazo, a fin de poder calcular el Índice de Masa Corporal (IMC). Igualmente, completaron cuestionarios a los uno y seis meses de lactancia materna, en los qué se plasmaron las practicas de lactancia materna, así como los días que se ofreció este tipo de alimentación.
Para la evaluación del desarrollo cognitivo de la descendencia se utilizó la herramienta Bayley Scales of Infant Development (Third Edition, Bayley-III), la cual tiene en cuenta el funcionamiento cognitivo, el del lenguaje y el motor a los 24 meses de edad.
Los hallazgos
A nivel descriptivo se observó que las madres de la muestra tenían una media de edad de 30,6 años y un IMC medio de 27,5. El 34% de ellas estaba en normopeso, el 36% tenían sobrepeso y el 30% obesidad.
Como principal hallazgo se observó una asociación de las características maternas y la leche materna con el desarrollo cognitivo del bebé a los 24 meses de edad. Por lo tanto, cuan mayor es la frecuencia de lactancia materna durante el primer mes de vida del bebé, más se favorece el desarrollo cognitivo de este dado que ha habido una mayor exposición al oligosacárido 2’FL. Sin embargo, esta asociación no se observó durante el sexto mes de lactancia, lo que sugiere la existencia de una ventana temporal para la influencia positiva de esta sustancia sobre el aprendizaje y memoria, la cual se mantiene hasta la adultez.
En cuanto a la obesidad materna previa al embarazo se encontró que predice un menor desarrollo cognitivo en el bebé a los 24 meses, tal y como ha reportado la literatura hasta el momento. A pesar de estos resultados, sigue siendo necesaria más investigación en esta línea, ya que no hay evidencia en muestras de origen hispano.
Los resultados de este estudio son de gran utilidad para tener en cuenta los factores maternos y guiar los hábitos alimentarios de las gestantes antes y durante el embarazo, a fin de optimizar las habilidades cognitivas de los recién nacidos.