El impacto de la COVID-19 sobre la maternidad: estudio internacional liderado por investigadoras españolas
El impacto que ha tenido la COVID-19 sobre los aspectos sanitarios y psicosociales, como el aumento de la ansiedad en la población general, ha motivado a investigadoras de la Universidad Loyola (Sevilla, España) a estudiar el impacto de la pandemia en otros países, además de promover estrategias para potenciar la salud de las madres y los bebés.
La transición hacia la maternidad es un proceso altamente complejo en el que tanto el cuerpo como la mente de la mujer deben afrontar retos y situaciones totalmente desconocidas e inciertas. Con la declaración de la pandemia por COVID-19 está transición puede haberse visto afectada por tener que lidiar con un factor totalmente novedoso e impredecible que, a su modo, también impacta en cómo las mujeres experimentan la maternidad en tiempos de pandemia.
Siguiendo este hilo, el Departamento de Psicología de la Universidad Loyola (Sevilla, España) coordina un proyecto de investigación enmarcado en una acción COST (European Cooperation in Science and Technology) dentro del programa europeo de investigación Horizon 2020, que pretende evaluar el impacto de la pandemia por COVID-19 en gestantes y madres recientes en doce países: Albania, Bulgaria, Chipre, Francia, Grecia, Israel, Malta, Portugal, España, Turquía, Reino Unido y Brasil. El objetivo de este proyecto radica en el establecimiento de redes de colaboración entre entidades docentes e investigadoras y empresas para investigar e innovar en depresión, embarazo y parto.
El estudio incluirá una muestra de mujeres gestantes y madres primerizas con un bebé de menos de seis meses, a quienes se les realizará un seguimiento durante seis meses. Por un lado, está previsto que, de cada país se reclute un mínimo de 800 mujeres, lo que supondría un total de 9.600 participantes en el estudio, de las cuales se recogerán datos sociodemográficos e información relativa a las medidas socio sanitarias establecidas en cada país. Por otro lado, se tendrá en cuenta la vivencia de cada una de las participantes sobre el estado de salud de la familia y los efectos del impacto de la pandemia sobre ellas mismas, su estado emocional y el estatus económico familiar, así como sobre los antecedentes médicos y de enfermedad mental de cada una de ellas.
La metodología que las investigadoras están empleando para recabar toda esta información es un cuestionario al que se accede mediante una web. Las preguntas que las participantes deben responder abordan cómo la situación que se está viviendo actualmente ha influido en el proceso de embarazo y sobre la salud mental de las que ya son madres y de las que lo serán. El motivo por el que se plantean estas preguntas es porque estudios anteriores han demostrado que alrededor del 20% de las mujeres que dan a luz padecen alguna alteración mental, como depresión posparto. Igualmente, esta etapa de la vida de la mujer supone un período de vulnerabilidad en el que el riesgo a desarrollar enfermedades mentales aumenta.
Durante los últimos meses muchos centros hospitalarios han ajustado sus protocolos de atención a la maternidad para evitar la propagación de la pandemia. Asimismo, algunas de las medidas de contención que se han impuesto, como la prohibición de que la pareja esté presente durante el parto o el aislamiento del resto de la familia, han afectado negativamente a la salud mental de las embarazadas y de sus familias. Por estos motivos, la principal aplicación práctica que se deriva de esta investigación es la de desarrollar un listado de buenas prácticas de atención a la maternidad que sirvan para contrarrestar los efectos negativos que la COVID-19 ha tenido sobre la atención a la salud de las gestantes y al parto.
A modo de conclusión, el estudio quiere enfatizar aquellos aspectos que preservan y garantizan el bienestar de la madre, del bebé y de la familia. En palabras de Emma Motrico, directora de la escuela de Doctorado y profesora titular de la Universidad Loyola, “en estas circunstancias actuales, queremos conocer los factores de resiliencia (como por ejemplo, ejercicio, sueño, meditación) que ayudan a las madres a enfrentarse a la pandemia por COVID-19 y así evitar problemas de salud metal, tales como depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático”.