El consumo de alcohol durante el inicio del embarazo: aumento del riesgo de aborto espontáneo
Un estudio del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt (Nashville, EE.UU), sugiere que el consumo continuado de alcohol durante las primeras semanas de embarazo puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo. Además, se ha podido observar que el consumo de cantidades bajas de alcohol y la ausencia de episodios de embriaguez también pueden aumentar este riesgo.
El consumo de alcohol antes y durante las primeras semanas de embarazo es una práctica frecuente, ya que la línea que separa estos dos momentos vitales diferentes es difusa. El uso de esta sustancia durante las primeras semanas de gestación, que corresponden al momento en el que el desarrollo embrionario es más rápido, puede acarrear consecuencias negativas sobre el bebé, como la aparición del Síndrome Alcohólico Fetal (SAF), que se manifiesta con alteraciones persistentes en el desarrollo.
Mientras que el 10% de las gestantes continúan consumiendo bebidas alcohólicas durante el embarazo, aproximadamente la mitad de las embarazadas lo continuaron consumiendo hasta el momento de la concepción. La tendencia a consumir alcohol hasta la detección del embarazo está presente tanto en los embarazos planificados como en los no planificados, lo que sugiere que el abandono preventivo del consumo de alcohol cuando se planea un embarazo no es una acción típica.
Los estudios previos realizados en este campo no han podido aportar datos acerca del tiempo de exposición al alcohol al inicio del embarazo, hecho que puede infraestimar el riesgo de aborto espontáneo. Esta limitación puede alimentar la creencia de que solamente el consumo de grandes cantidades de alcohol puede ocasionar daños al bebé, mientras que las cantidades bajas o moderadas no tienen ningún efecto adverso sobre la descendencia.
Siguiendo este mismo hilo se estima que la prevalencia del aborto espontáneo es de uno entre cada seis embarazos y que los efectos del mismo a nivel emocional pueden llegar a ser extremadamente impactantes. A pesar de que se desconocen los mecanismos biológicos exactos por los que el consumo de bebidas alcohólicas puede incrementar el riesgo de aborto espontáneo, se sabe que el alcohol modifica los patrones hormonales, altera la calidad de implantación del embrión, aumenta el estrés oxidativo y perjudica otras vías clave.
La evidencia generada hasta el momento considera la exposición al alcohol como invariable, hecho que no refleja el patrón de consumo de muchas mujeres. Estos factores impiden que las gestantes y los sanitarios tengan acceso a suficiente información acerca de cómo el tiempo de exposición al alcohol durante el embarazo se relaciona con el riesgo de aborto espontáneo. Por este motivo el principal objetivo de este estudio es el de incorporar información sobre el consumo de alcohol semanal para medir el riesgo de aborto espontáneo.
Método
El estudio, publicado en la American Journal of Obstetrics and Gynecology, cuenta con 5.353 participantes de ocho áreas metropolitanas de los Estados Unidos (EE.UU) que se encontraban en el primer trimestre del embarazo. A todas ellas se les pidió que reportaran información acerca del alcohol consumido durante los cuatro meses previos, incluyendo si había habido algún cambio en el consumo de alcohol, la fecha del cambio de consumo, la frecuencia, la cantidad y tipo de alcohol consumido antes y después del cambio.
En los análisis estadísticos se estudió la asociación entre el aborto espontáneo y el número de semanas de consumo de alcohol, las semanas acumuladas expuestas, el número de bebidas por semana, el tipo de bebida y los episodios de embriaguez.
El consumo semanal de bebidas alcohólicas incrementa el riesgo de aborto espontáneo
Los hallazgos muestran que el 49,7% de las participantes reportaron consumo de bebidas alcohólicas durante el inicio del embarazo y que el 12% sufrieron un aborto espontáneo. Además, la mediana de la edad gestacional en la que se produjo el cambio de consumo fue los 29 días.
El consumo de alcohol entre las semanas 5 y 10 después del último período menstrual se asoció con un aumento del riesgo de aborto espontáneo, siendo el punto más alto del riesgo la semana 9. También se observó que cada semana consecutiva en la que se consumía algún tipo de bebida alcohólica el riesgo de aborto espontáneo aumentaba un 8% respecto aquellas gestantes que no consumían alcohol. Finalmente, resulta necesario destacar que este riesgo es acumulativo, aunque parece no estar relacionado con el número de bebidas semanales, el tipo de bebida o los episodios de embriaguez.
A modo de conclusión, los autores del estudio encontraron que el riesgo de aborto espontáneo se acumula por cada semana consecutiva en la que persiste el consumo de alcohol, incluso cuando el consumo es bajo o no se tienen en cuenta los episodios de embriaguez. Los resultados obtenidos en este estudio subrayan que no se conoce una cantidad segura de consumo de alcohol durante el embarazo. De hecho, en condiciones óptimas, se debería prevenir por completo el consumo de bebidas alcohólicas.
Siendo conocedores de que las pruebas de embarazo son fiables en la detección de un embarazo a las cuatro semanas de gestación, y que el consumo de alcohol entre las semanas 5 y 10 de gestación es uno de los principales factores de riesgo, se abre una ventana de oportunidades para mejorar la detección de embarazos y abandonar el consumo de bebidas alcohólicas lo antes posible a fin de disminuir dl riesgo de aborto espontáneo.