La COVID-19 ha aumentado las complicaciones en embarazos y partos en los países de menores ingresos
La pandemia por COVID-19 ha puesto de manifiesto las carencias existentes en los sistemas sanitarios de todo el mundo en cuanto a la atención al embarazo y al parto. Pero es en los países de bajos y medios ingresos, especialmente, donde más problemas y más muertes perinatales y maternas se han registrado.
La revista The Lancet Global Health ha publicado un análisis en el que se incluyen 40 estudios que proporcionan datos de 17 países diferentes de ingresos altos, medios y bajos. El equipo que llevó a cabo el análisis, liderado por la Dra. Asma Khalil de la Universidad de St. George de Londres, revisó 40 estudios publicados entre el 1 de enero de 2020 y el 8 de enero de 2021, de los que se podían extraer datos de más de seis millones de gestantes.
Una de las conclusiones más relevantes del estudio es que se observaron diferencias significativas entre los países de diferente nivel socioeconómico en cuanto a la atención al embarazo y al parto.
También, el análisis revela que las probabilidades de que un feto nazca muerto aumentaron un 28% durante la pandemia en comparación con los datos anteriores a la COVID-19. Del mismo modo, la mortalidad de la madre durante el embarazo o el parto aumentó alrededor de un tercio en comparación con las cifras de antes de la pandemia. Además, 10 de los estudios incluidos en el análisis abordaron el estado de salud mental de las gestantes; 6 de ellos mostraron un aumento de la depresión posnatal, de la ansiedad matera o de ambos trastornos, por lo que en general se ha observado un empeoramiento de la salud mental de esta población.
Una peor atención sanitaria
La hipótesis que puede explicar estos resultados hace referencia a una disminución de las consultas por parte de las gestantes por miedo a infectar-se por SARS-CoV-2, la cual se sostiene por los datos concretos aportados por algunos estudios. En tres manuscritos en los que se hace referencia al uso de cirugía para tratar los embarazos ectópicos, este procedimiento se aplicó seis veces más en comparación con los datos anteriores a la pandemia. Este tipo de embarazo se puede tratar sin cirugía si se identifica pronto, lo que sugiere que muchas mujeres retardaron la demanda de seguimiento médico durante el embarazo.
En cuanto al fallecimiento de la mujer durante el embarazo o parto, dos estudios, uno hecho en la India y otro en México, reportaron que el riesgo de que se diera este suceso aumentó más de un tercio. Todos estos datos han llevado a la Dra. Khalil a anunciar que la suspensión de los servicios de atención médica o los confinamientos han conllevado problemas de salud que van más allá de la muertes y enfermedades causadas por el virus. Según la experta “queda claro que, con nuestro estudio y otros, la disrupción causada por la pandemia ha comportado muertes evitables de madres y bebés, especialmente en los países de menores ingresos. Por eso, es urgente que los dirigentes y los líderes de la atención sanitaria prioricen una atención a la maternidad segura, accesible y equitativa, como parte de la respuesta estratégica a la pandemia y a sus secuelas, a fin de reducir los resultados adversos de los embarazos en todo el mundo”.
Una oportunidad para realizar nuevos aprendizajes
En el análisis no se han observado diferencias en la probabilidad de que se de un parto prematuro antes y después de la pandemia en países de ingresos bajos y medios, aunque los datos parecen indicar que en los países de ingresos elevados estos partos se redujeron alrededor de un 10%. Según los autores, podría ser que los cambios en el comportamiento hubiesen reducido el número de partos prematuros espontáneos.
No obstante, para otro de los autores del análisis, Erkan Kalafat de la Universidad Koc de Turquía, “una oportunidad de aprendizaje como esta ha de servir para investigar los mecanismos que han conducido a la reducción aparente de partos prematuros observada en países de altos ingresos durante la pandemia, con el objetivo de identificar nuevas intervenciones preventivas que podrían beneficiar a las mujeres de todo el mundo”.
Según lo expuesto por Jogender Kumar, del Instituto para Posgraduados de Educación e Investigación Médica de la India, en los países con pocos recursos, incluso en condiciones normales, es un reto proporcionar una atención sanitaria adecuada en revisiones prenatales, emergencias obstétricas y atención a los partos y a las madres. La pandemia por COVID-19 ha ampliado y expuesto las lagunas existentes en los sistemas sanitarios de todo el mundo, pero especialmente en los países de ingresos bajos y medios.
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