Cómo las alteraciones de la personalidad afectan a la morbilidad psiquiátrica en el embarazo
Un estudio británico publicado en la Archives of Women’s Mental Health concluye que las madres con trastornos de la personalidad durante el embarazo son más vulnerables a presentar una peor salud mental, pensamientos autolíticos y otras dificultades relativas al estilo de vida.
La mayoría de estudios existentes en el campo de la salud mental materna ponen el foco en la depresión y la ansiedad, mientras que son muy pocos aquellos que examinan la relación entre los rasgos de personalidad desadaptativos y la salud mental materna durante el período perinatal. De hecho, en la población general, 1 de cada 20 personas sufre algún trastorno de la personalidad, condición muy vinculada a un peor estado de salud global y al incremento de la mortalidad.
En la literatura solo existe una investigación que haya estudiado el vínculo entre las alteraciones de los rasgos de personalidad y la psicopatología en la etapa perinatal, cuyos resultados muestran una alta asociación entre ambas. En otro estudio se pudo ver que cuando se compararon mujeres con un diagnóstico de trastorno límite de la personalidad (TLP) con controles sanas, las que presentaban TLP manifestaban una mayor tendencia a experimentar vivencias negativas durante el parto como, por ejemplo, una mayor prematuridad del recién nacido, más necesidad de atención por parte de enfermería e incluso puntuaciones más bajas en el test Apgar.
El presente estudio pretende examinar la salud mental en mujeres embarazadas que presentan alteraciones de los rasgos de personalidad, así como determinar si las embarazadas con alteraciones graves de la personalidad tienen mayor tendencia a presentar patología psiquiátrica propia del eje I. Además, se quiere comprobar si las gestantes con trastornos de la personalidad acuden más tarde a la primera visita de seguimiento del embarazo o si presentan mayor ideación autolítica.
Reclutamiento de la muestra y recogida de datos
Para el estudio se reclutaron 545 gestantes mayores de 16 años y que habían completado un cuestionario de cribado para síntomas depresivos durante el embarazo. Se excluyeron aquellas que cumplían los siguientes criterios: ser menor de 16 años, padecer alguna alteración cognitiva que impida seguir el curso del estudio, no firmar el consentimiento informado, no haber completado el cuestionario de cribado y padecer un exitus fetal o muerte perinatal.
El riesgo de presentar un trastorno de personalidad se evaluó con la Standardised Assessment of Personality Abbreviated Scale (SAPAS), que tiene en cuenta la facilidad para hacer y mantener amigos, la confianza en los demás, la impulsividad, las preocupaciones y el perfeccionismo. Para la valoración del estado psicopatológico se usó la Structured Clinical Interview DSM-IV (SCID), basada en los criterios diagnósticos de los trastornos del eje I. Además, también se administró la sub-sección del eje II para los criterios del TLP. Finalmente, se usó el ítem 10 de la Edinburgh Perinatal Depression Scale (EPDS) como indicador de ideación suicida.
Los hallazgos
Los resultados mostraron que la presencia de alteraciones de la personalidad está asociada con los trastornos mentales más comunes, como son los depresivos y ansiosos, y la presencia de pensamientos autolíticos. En este sentido, se hallaron alteraciones de la personalidad en 1 de cada 6 mujeres jóvenes (16-24 años). Este dato es congruente con la evidencia generada hasta el momento, la cual añade que a medida que aumenta la edad hay un descenso en la prevalencia de los trastornos de personalidad.
Además, se observó que las puntuaciones elevadas en el SAPAS correlacionaban positivamente con la presencia de trastornos mentales del eje I durante el embarazo. En cuanto a la ideación autolítica, 1 de cada 10 mujeres con alteraciones de la personalidad tenía pensamientos de hacerse daño a sí misma en comparación con las mujeres sin alteraciones de la personalidad, cuya proporción es de 1 de cada 100.
Dado que los rasgos de personalidad afectan al pronóstico de los síntomas depresivos, ansiosos y del vínculo madre-bebé, son los profesionales de la salud quienes deben prestar atención sobre la salud de las mujeres embarazadas con alteraciones de la personalidad. Este factor de riesgo hace que sean más vulnerables ante los pensamientos autolíticos y otros factores de tipo social, como el escaso apoyo familiar, por lo que es necesaria más investigación para determinar las necesidades parentales durante el período perinatal.