La lucha contra la violencia obstétrica: el parto respetado y humanizado
A causa de la pandemia por COVID-19, los servicios de ginecología y obstetricia se han visto obligados a adaptar sus protocolos de actuación durante el embarazo y parto, intentando mantener una atención respetuosa y humanizada. Esta meta la ha alcanzado el Hospital Universitario Infanta Elena, el cual se ha convertido en centro de referencia para el parto humanizado con la iniciativa “búnkeres paritorio”.
La aproximación al momento del nacimiento es algo que toda gestante vive con cierta inquietud, puesto que la mujer ha generado una serie de expectativas en torno al parto. Una de las más frecuentes suele ser recibir apoyo, no solo de la pareja y de la familia, sino también de todo el equipo asistencial. De esta necesidad de apoyo han surgido, durante los últimos años, diversas iniciativas cuyo objetivo es ofrecer un parto respetado y humanizado.
En la Guía de Asistencia Obstétrica publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el año 2018, una asistencia médica de calidad se asocia a una experiencia de parto más positiva para la mujer y su pareja. De hecho, el cuidado respetuoso durante el parto se ha descrito como “un derecho humano universal que abarca los principios de la ética y el respeto por los sentimientos, la dignidad, las elecciones y las preferencias de las mujeres”.
Otras organizaciones como la Asociación Española de Psicología Perinatal (AEPP) exponen que cada vez son más las mujeres que buscan una experiencia única e inolvidable en el momento de dar a luz, por lo que valoran un servicio que respete su cuerpo, su bebé, sus derechos, su voluntad y la necesidad de ser informadas de los riesgos y beneficios de las intervenciones que pueda necesitar durante el parto.
Para la salud reproductiva la COVID-19 ha sido una barrera que ha obligado a adaptar los protocolos de atención al embarazo y parto a fin de proteger a las mujeres, sus bebés y l@s profesionales sanitarios. Siguiendo este mismo hilo, los/as profesionales sanitarios/as que forman el equipo del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Infanta Elena han sido galardonados/as en los premios COVID de la Fundación Quirónsalud por la iniciativa “Búnker paritorio”. Además, este centro también ha sido finalista al mejor Servicios de Ginecología y Obstetricia en Atención al Paciente en la última edición de los premios Best in Class.
Esta iniciativa, desarrollada durante las primeras semanas de la pandemia por COVID-19, consistió en crear los “búnkeres paritorio”, que son espacios estancos de paritorio y hospitalización donde, según el Dr. Rodríguez Candia, jefe del servicio, ingresaban el día del parto y no salían hasta el alta, manteniéndose así aisladas/os del resto. Además, a l@s acompañantes se les ofrecía todo lo necesario para no hacer salidas innecesarias del área y poder disminuir el riesgo de contagios. A parte de los “búnkeres paritorio”, se han realizado pruebas PCR el mismo día del parto, o 72 horas antes en caso de que este fuera programado, así como retrasar las revisiones de control en los casos de confinamiento.
El equipo de ginecología y obstetricia del centro está volcado en ofrecer un parto más humanizado, hecho que se puede observar en su perfil de Instagram (@parir.envaldemoro), donde l@s profesionales muestran cómo es su día a día en el servicio y como el embarazo es tratado como un fenómeno natural en el que la madre y el bebé son los protagonistas. Igualmente, los profesionales también adoptan un papel activo en el abordaje de la esfera emocional y psicológica de la díada madre-bebé durante todo el nacimiento.
En base a estas actuaciones, este centro se ha convertido en un referente en el parto respetado y humanizado, con una atención “lo menos intervencionista posible”, según las afirmaciones del Dr. Rodríguez Candia.
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