Cualquier mujer con independencia de su edad, nivel económico, cultural y etnia puede desarrollar un trastorno mental durante el embarazo y posparto. Una de cada 7 mujeres que son madres por primera vez va a experimentar algún trastorno ansioso o del estado de ánimo durante el embarazo o el posparto.
Nos referimos a la depresión perinatal, la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo, la bipolaridad y/o la psicosis posparto. Además, factores como la enfermedad mental previa personal o familiar, la pobreza, la desnutrición, las infecciones y la violencia también suponen un riesgo añadido. Se estima que un 20 - 25% de los embarazos terminan en un aborto espontáneo o en una muerte fetal. Además del sentimiento de pérdida y duelo, muchas de estas mujeres pueden experimentar un episodio depresivo, un duelo complicado o síntomas de estrés postraumático.
Dar a luz a un bebé prematuro o tenerlo durante un tiempo prolongado en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, también puede influir en la salud mental materna. El estigma social que identifica la enfermedad mental en este periodo con ser “una mala madre”, la idealización de la maternidad y los déficits en la formación especializada de los profesionales en este ámbito, hacen que la salud mental de las madres no sea tenida en cuenta y que no se evalúe, ni se atienda, de un modo semejante a como se hace con la salud física en la gestación.